Tras el éxito que tuvimos con nuestro primer artículo «10 obras maestras que ver en el Museo del Louvre», hemos decidido ampliarlo para incluir nuevas obras, igualmente importantes aunque menos conocidas para algunos. Al hablar del Louvre, las primeras piezas que nos vienen a la mente son la Mona Lisa y la Venus de Milo. Sin embargo, el museo alberga más de 2 millones de obras, lo que nos dará margen para escribir unos cuantos artículos más sobre el tema :).

El Louvre es enorme. Probablemente necesitarás visitarlo varias veces para asimilar sus 2,1 millones de m2. Así que toma nota de las obras que te mostramos a continuación e intenta encontrarlas durante tus paseos por el museo.

También es el museo de arte más visitado del mundo. Seguro que encontrarás muchas oportunidades de practicar tu francés, o incluso de hacer nuevos amigos.

1. The Oath of the Horatii

The Oath of the Horatii

Este monumental cuadro de Jacques-Louis David, creado en 1784, ejemplifica el estilo neoclásico. Con una composición dinámica, representa una dramática escena de la historia romana. El cuadro retrata inequívocamente a tres hermanos que juran defender Roma, simbolizando la lealtad inquebrantable y el sacrificio desinteresado. El magistral uso que David hace de las líneas nítidas y los fuertes contrastes amplifica innegablemente la intensidad emocional del momento, convirtiéndolo en una obra absolutamente cautivadora.

2. La encajera

Esta pequeña y exquisita obra pintada por Johannes Vermeer hacia 1669 es una joya del Siglo de Oro holandés. Representa a una joven absorta en su oficio. El magistral uso que Vermeer hace de la luz y el color crea una atmósfera serena, mostrando los delicados detalles del proceso de elaboración del encaje. Aquí se aprecia la capacidad de Vermeer para transmitir intimidad y tranquilidad a través de su arte y captar momentos fugaces de la vida cotidiana.

3. Los jugadores de cartas

Se trata de una serie de cinco cuadros de Paul Cézanne creados a principios de la década de 1890. No mucha gente lo sabe, pero son obras emblemáticas del Louvre, que muestran el revolucionario enfoque de Cézanne sobre la forma y el color. Se transmite una tranquila intensidad y una profunda sensación de quietud mientras cada obra retrata a campesinos provenzales inmersos en sus pipas y jugando a las cartas.

4. Colección Lamassu

Lamassu collection

Esta colección de impresionantes figuras de guardianes asirios, que se remonta al reinado del rey Sargón II (721-705 a.C.), ofrece una importante representación del arte y las creencias culturales mesopotámicas.

Talladas en piedra, estas colosales estatuas representan majestuosos toros alados con cabeza humana. Su tamaño a menudo superaba los cuatro metros de altura, y con ello se pretendía inspirar temor y disuadir del mal. Normalmente se representan cinco patas, creando una sensación de movimiento y poder como si el lamassu avanzara a grandes zancadas.

5. La Virgen, el Niño y Santa Ana

Leonardo da Vinci pintó esta obra maestra inacabada hacia 1510. El cuadro representa a Santa Ana, su hija María y el niño Jesús en un abrazo amoroso. La habilidad de Leonardo para captar la emoción y la interacción humanas brilla a través de intrincados detalles y suaves contrastes de luces y sombras. Este enfoque de la forma y el espacio abrió nuevos caminos en el arte.

6. El esclavo moribundo

Crédito de la imagen: Jörg Bittner Unna, Wikipedia

Miguel Ángel esculpió esta pieza entre 1513 y 1516, y figura entre sus obras más conocidas. La figura del esclavo moribundo representa la lucha y la belleza humanas. La habilidad de Miguel Ángel para expresar emociones a través del mármol queda patente en la anatomía realista y la expresiva postura de la figura. Esto la convierte en un notable ejemplo del arte renacentista.

7. El San Juan Bautista

Otra obra notable de Leonardo da Vinci, esta pintura de principios del siglo XVI presenta a San Juan en pose contemplativa. La maestría de Leonardo en el manejo de las luces y las sombras queda patente en el suave modelado de la figura y en la atmósfera del fondo. La expresión enigmática del cuadro invita al espectador a reflexionar sobre los pensamientos del personaje, creando una sensación de misterio.

8. El hermafrodito durmiente

The Sleeping Hermaphroditus

Crédito de la imagen: Gian Lorenzo Bernini, Wikipedia

Esta es una de las estrellas del Louvre que no muchos conocen. Esta antigua escultura romana de mármol (hacia el siglo II d.C.) se inspira en un bronce helenístico perdido (posiblemente de Polycles, siglo II a.C.). Esta figura de tamaño natural, esculpida en sueño, es a la vez bella y enigmática. Con una pierna flexionada y la otra relajada, encarna una forma apacible pero andrógina. La serenidad de su rostro contribuye al misterio, dejando que el espectador reflexione sobre la forma humana y la dualidad.

9. La muerte de Sardanápalo

Eugène Delacroix pintó este dramático cuadro en 1827. Esta obra ilustra al legendario rey asirio Sardanápalo en un momento de desesperación ante la derrota. Sus colores vibrantes y pinceladas dinámicas transmiten una sensación de caos y urgencia. La profundidad emocional y la teatralidad de la escena la convierten en una poderosa representación del Romanticismo.

10. La Virgen de las Rocas

Esta misteriosa pintura de Leonardo da Vinci, creada entre 1483 y 1486, representa a la Virgen María, el Niño Jesús, Juan el Bautista y un ángel en un místico paisaje rocoso. El uso del sfumato, su fascinación por la anatomía detallada de la naturaleza y la serena composición reflejan la incomparable habilidad de Leonardo.

Conclusión

Visitar el Museo del Louvre te ofrece una oportunidad inigualable de conocer de primera mano éstas y muchas otras obras maestras. Cada obra de arte te contará una historia única y reflejará el contexto cultural e histórico de su época. Incluye estas diez extraordinarias piezas en tu itinerario para vivir una experiencia realmente enriquecedora.

En su próxima visita al Louvre, aventúrate más allá de las obras más populares y descubre las joyas ocultas que hacen de este museo un verdadero tesoro de la creatividad y la expresión humanas. Y no olvides poner en práctica tu francés en todo momento.

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