La mejor manera de aprender francés es con cursos de inmersión

El francés es la segunda lengua más hablada del mundo, si tenemos en cuenta el número de países en los que el francés es lengua oficial. Nada menos que 33 países de varios continentes hablan la lengua de Descartes o Victor Hugo. Desde Francia hasta países exóticos como Madagascar, Bélgica, Ruanda, Canadá, Suiza o las Seychelles. Y muchos otros en los que se habla aunque no sea lengua oficial. El francés está en todas partes, cada vez más gente quiere aprenderlo; es de orígenes romances y una lengua preciosa con profundas raíces históricas.

Es muy probable que hayas estudiado francés en el colegio y te enamoraras de esta hipnótica lengua. Sin embargo, ¿cuántas veces te has planteado la oportunidad de estudiar francés en un curso de inmersión?

Las ventajas de estudiar un idioma en el país donde se habla, en este caso francés, son infinitas. El contacto con el idioma es mucho más directo, no solo aprenderás francés en clases personalizadas y con un número reducido de alumnos, sino que además tendrás la oportunidad de seguir practicándolo cuando estás fuera de la academia. Todo lo que aprendas en la escuela luego lo podrás poner en práctica en la vida cotidiana. Seguro que también te ha ocurrido anteriormente que, al aprender otros idiomas, has aprendido fórmulas o expresiones que luego has olvidado porque no has tenido la oportunidad de utilizarlas.

torre Eiffel

En los cursos de inmersión los profesores son conscientes de ello y aprendes lo que vas a necesitar en tu día a día (que no es poco) para poder practicarlo después de clase.

Y qué decir de la cultura. Como dice el famoso proverbio chino: «Aprender un idioma es tener una ventana más desde la que observar el mundo». Cuando aprendes un idioma en el país en el que se habla no necesitas ventanas, estás en la calle, rodeado de gente y rodeado de una nueva realidad y forma de ver el mundo. Además, está demostrado que los lazos con una lengua extranjera son mucho más fuertes cuando conectas con ella a un nivel más profundo, y la mejor manera de hacerlo es descubriendo su cultura y sus tradiciones.
Teniendo en cuenta que cuanto más contacto se tiene con un idioma, más rápido se aprende, está claro que la eficacia y la velocidad de aprendizaje es otro factor a tener en cuenta a la hora de decidir realizar un curso de inmersión. La intensidad y el contacto constante con el idioma hacen que lo aprendas mucho más rápido, prácticamente sin darte cuenta. En clase, cuando vayas de compras, a comer a algún sitio o salgas con tus nuevos amigos estarás practicando francés, y no te supondrá un esfuerzo, sino que te descubrirás cada vez más motivado porque cada vez podrás realizar más cosas de tu día a día utilizando tu nuevo idioma. Todo esto resulta en otra de las grandes ventajas de estudiar un idioma con un curso de inmersión: diversión y aventura.

Pareja caminando

¿Alguna vez has escuchado que cuanto más mayor se hace la gente, más rápido pasa el tiempo? Esto se debe a que a medida que la gente envejece tiende a salir cada vez menos de la zona de confort, se acomoda a su rutina y prueba cada vez menos cosas nuevas, por lo que recuerdan menos momentos y el tiempo parece que vuela. Cuando la gente viaja, se arriesga, conoce gente nueva muy diferente a ella, y crea momentos inolvidables. Aprender francés será mucho más divertido creando nuevas experiencias vitales que quedándote en casa.

Seguro que a estas alturas ya te estás planteándote aprender francés en un curso de inmersión. Es importante elegir centros acreditados, adaptados a tus necesidades y orientados al alumno, que ofrezcan clases de calidad. Algunas escuelas como Lutece Langue están reconocidas por las mejores instituciones que garantizan clases de calidad y el mejor aprendizaje del idioma.

Porque hoy en día aprender un idioma puede ser algo increíble y a veces «no hay que sufrir para ganar».

La mejor forma de aprender francés

Cursos de inmersión de francés en París, Francia